Saturday, August 19, 2006

Una delgada línea

Extraña realidad esta que se vive en los sueños, estraña porque todo parece tan real que a veces llegas a creer que si lo es.
Todo es perfecto, malo o bueno, es perfecto. Eso a veces te hace confundir también la realidad con los sueños.
Y es que hay una delgada línea que divide la fantasía de la realidad, una línea que muchos no se atreven a pasar concientemente, independiente del lado en que se encuentren, pero es tan fácil quebrar esa separación ingenua entre nuestros sueños y nuestra vida real, que al vernos enfrentados a una realidad fuera de lo común creemos estar viviendo en un sueño mágico, del cual no quisiesemos despertar, o quisiesemos hacer desaparecer de nuestra vida.
Sin duda es extraña aquella realidad en que todo parece sueño, y ese sueño que muchas veces parace realidad, y de un tiempo a esta parte, me cuesta distinguir que es realy que es fantasía, porque lo que vivo parece ser una película de ficción, que entremezcla realismo, con la mágia de los cuentos de hadas; que fuciona la madrugada con la vela nocturna, creando ese ambiente pacífico en el que pensamos estar viviendo, en el que nada va mal, ni tampoco hay algo que vaya completamente bien.
Y sin sonar reiterativa, esos chispasos de fantasía que parecen borrarse en el momento que cierras los ojos al terminar el día, en los que te gustaría que esa "realidad" volviera a tus manos, y te permitiera vivir nuevamente lo que al despertar piensas que solo fue un sueño, vacío de vida, pero inmensamente lleno de sentires, como cuando oyes cantar a los zorzales al alba, como cuando sientes la brisa del mar cerca de la playa en verano, como ese susurro que oyes junto con el tibio aliento de quien quisieras tener cerca para siempre, que te dice: "Te amo", que te suplica un "Perdón", sin darse cuenta ni tú ni él que en esa delgada línea en la que creen estar viviendo, puede haberse roto sin notarlo, y pasar de lo que creían realidad a la fantasía de un sueño que por más que quieran prolongarlo, termina cuando al día siguiente despiertas con la almohada húmeda por las lágrimas que derramaste en sueños por ese que tanto amabas...