Saturday, June 12, 2010

Reflexiones a la luz del coctel de manzanas

La vida... la vida sigue andando, los pasos se siguen dando. la Universidad no se detiene, aunque me encantaría que lo hiciese... Vivo un luto que no sé vivir, vivo un luto de la muerte de algo que no asumo aún que murió. Y es que es tan extraño aceptar dejar partir a quien no ha querido irse, que busca acabar con todo, pero que sin embargo está ahí, presente, cercano... Y yo tampoco quiero dejarlo ir, porque con él se me va un pedacito de mi misma, porque sin él, los años que han pasado no se borran, porque... porque aún siento que podría seguirse luchando... todo es demasiado precipitado... todo fue demasiado violento... y me duele y quizá ahora es el trago de manzana el que habla, pero duele... duele porque fueron muchas cosas, duele porque me entregué con todo lo que pude entregar, porque si hubiese aguardado paciente, hubiese entregado incluso lo que no estaba segura de entregar... el miedo se junta y los demonios me atacan... Me he alejado del sendero y no he vuelto a enmendarlo, porque camine tanto tiempo con los ojos cerrados, que ahora que debo abrirlos de nuevo y caminar sin guía no sé para donde seguir... Se me pierde la vida... se me aprieta el corazón pensando que no sabré como comenzar algo de nuevo... me pillé sumergida en una rutina que tengo que seguir haciendo, pero que no tengo ganas de seguir... me encontré amarrada a responsabilidades que no me dejan vivir el dolor que tengo dentro... ese dolor que tampoco sé si quiero asumir... ese dolor que tampoco sé si quiero darle tiempo para que me gane... porque si me gana y comienzo a vivirlo, tengo miedo de no dejar de vivirlo jamás...
yo necesitaba pensar que todo lo que hacia valía la pena, yo necesitaba aferrarme a la idea de que podía seguir caminando a ciegas, porque no iba sola por el sendero... necesitaba sentir que me querían por ser solo yo, necesitaba sentir que valía la pena seguir luchando...
Pero el mundo... el mundo no está hecho para los idealistas... no está hecho para los ciegos, ni para los sordos, porque tarde o temprano la vida se encarga de demostrarles que no pueden serlo, que no pueden darle chance al mundo para que roben su alma y su corazón y esperar que no salga al menos trizado...
Quiero y no quiero tener tiempo para vivir el duelo que corresponde a esta pérdida... quiero y no quiero, porque no sé si dejándome ir pueda recuperar la tranquilidad... no sé si dejando escapar todo lo que tengo adentro puedo de nuevo recuperar la vida que pensé que tenía...
Es terror a que el dolor me aplaste, que la descepción me hunda, que la tristeza no me deje volver a levantarme... no me dejaré vencer, porque tengo orgullo, porque hay algo que es más fuerte que mi misma tristeza, algo que es más fuerte que mis mismas ganas de dejarme ir, de abadonarme a todos lo que siento, de no volver a intentar nada más...
Pero sé que la vida sigue, sé que debo seguir caminando, aunque no tenga ganas de hacerlo, sé que debo buscar donde encauzar mis dolores, mis desanimos y mis fracasos. Sé que no será él ni el primero ni el último que me haga caer en todos estos sentimientos, y que el tiempo sabrá sanar lo que haga falta... Mientras tanto... encontraré una forma de seguir andando, como viva o como zombie, hasta que el dolor se vaya y las ganas de abandonar se rindan a la intención que tengo de ser feliz...