Friday, April 20, 2012

A la cima más alta vas tú con un verde en las manos

Demasiadas las sensaciones, demasiadas las historias por contar, demasiados los sentires, los recuerdos, las imágenes, las ideas poco claras, las neblinas de recuerdos que no sabes bien si fueron ciertos o solo parte de una mezcla de sueños y realidades que a estas alturas de la vida juntas para tratar de recuperar recuerdos que son ya demasiado antiguos.
Y de pronto te gustaría recuperar tiempos perdidos, te encantaría devolver el tiempo y recordar esos dias de infancia, de preadolescencia, que todo era sencillo y sin embargo lo viviste como si hubiese sido la peor época de tu vida.
La escuela es un luar extraño, porque te marca, porque te deja una huella que te hace ser distinto, porque te crea competencias, pero no competencias ni habilidades para tener buenos resultados en las pruebas... eso doy firmado que es parte más de los padres y los niños que de la escuela... pero la escuela forja en ti un estilo de vida... una forma de ser, una forma de ver la vida, de sentir la vida...
Hay escuelas que actualmente no lo hacen... soy testigo silencioso y a veces activo de como las escuelas matan el alma, eliminan las ganas de soñar, olvidan como formar, se pierden en metas vanas, en resultados exigidos y olvidan la misión que parece estar claro en todos los proyectos y sin embargo se les vacían las ideas cuando es momento de ponerlo en practica.
No existen los colegios que te enseñen a creer que todas las personas pueden, no existen las escuelas que te premien solo por el hecho de ser tu... no existen los colegios en los que parte de los ramos que cursas tengas que aprender a cultivar la tierra, a cantar, a inventar historias, a jugar con tierra, a embarrarte hasta el último pelo de tu cabeza y no tener que responder una prueba al final de la actividad.
Soy docente llena de ideas en la cabeza, de contenidos por pasar, de estrategias de enseñanza aprendizaje efectivas que quiero probar. A penas he entrado al mundo laboral con más dificultades que sencilleces, he descubierto la magia de mi carrera, lo encantador que es ver a un niño iluminarsele los ojos solo porque de pronto todo tuvo sentido, porque algo de lo que dijiste de pronto desencadenó un millar de ideas dormidas que estaban ahi esperando que alguien las prendiese. Y sin embargo, con todo aquello, con toda la vocación aún no he encontrado un lugar parecido al que alojó mi infancia, al que le creí todo, al que me enseñó a soñar que todo era posible, que solo dependía de cuanto era capaz de soñar y de llegar a la cima más alta...
Escuela especial, escuela personalizada, escuela diferente, escuela idílica... sea lo que sea fue escuela... fue hogar, fue refugio, fue formador y creador de aptitudes... de procesos largos, de esperanzas valiosas, de amistades... amistades perdurables por ser parte de una esencia que solo entiende el que ha pisado esos mismos patios, a jugado con esa misma arena, a cultivado esa misma tierra....

A la cima más alta me enviaron cuando aún no entendía que significaba ese verde en las manos... y ahora, desde una cima más pequeña sigo creyendo que en esencia todos somos capaces de lograr lo que sea...