Sin pedir permiso

Pedí permiso cuando me toco elegir que camino seguir, pedí permiso cuando abrí mi ventana y quise respirar el aire marino de la mañana. Pedí permiso, porque no quería pasar a llevar a nadie, pedí permiso incluso cuando no era yo la que debía hacerlo.
Permiso para reir, permiso para llorar, permiso para soñar, permiso para vivir.
Y hoy que te tengo enfrente y que de pronto se volvió todo diferente, olvidé pedir permiso para entrar en este mundo, lo olvidé porque fue el viento de tus palabras el que de pronto me cogió en brazos y me llevó volando a tierras que no conocía. Fue la brisa de tus besos que me guió como un pétalo perdido en primavera y me hizo aterrizar justo aquí, justo frente a ti.
Y de pronto ya no quería pedir permiso, porque miraba tus ojos y parecías entenderlo todo, y ya no evitaba mis lágrimas ni mis risas eufóricas, no pedía permiso, porque el susurro de los recuerdos lo hacía por mi.
No quería pedir permiso y tú tampoco lo necesitabas, porque todo iba más allá del pasar a llevar al otro, porque fue tu aire, fue la brisa de tus besos, fue el susurro de los recuerdos los que de pronto me hicieron comprender que no necesitaba más permisos, que ya nada me impedía VIVIR, sin más miramientos....