Me será siempre muy difícil de comprender, como es que todo sucede en la vida.
A medida que han pasado los años, me he dado cuenta que nada de lo que haga tiene un término cierto, que al final, mis vanos intentos por construir sobre seguro no son más que intentos ilusos de conseguir algo que no existe... Seguridad en la inseguridad.
La vida se ha encargado de enseñarme, que a pesar de todos los esfuerzos que haga por no caerme, por no cometer errores, por no hacer daño, siempre cometo algún error. Quizá es porque quiere darme la lección o convencerme de que no puedo intentar conseguir perfección en la imperfección, que las cosas son como son, porque somos seres humanos que cometemos errores, que no vemos más allá de nuestra propia nariz, que no sabemos si las acciones que hoy creemos buenas lo serán mañana, o si en lo que confiabamos ayer, hoy seguiremos confiandolo...
No sé bien que disparates escribo a esta hora que me encuentro corrigiendo 45 pruebas de gramática, en las que los resultados no son lo mejor que podrían haber sido. ¿Un poco descepcionada de mi labor? Más bien es que me ha ganado la accedia y me ha absorvido el montón de cosas que tengo que hacer y algunas de ellas han dejado de tener sentido para mi.
No sé que sea, quizá la falta de ocio, o el intento de tener ocio que me hace sentirme culpable pensando que debo mantenerme mas tiempo en el negocio. Quizá también sea esta necesidad mia de comprender lo que ocurrió, comprender lo que pasa por su mente ahora, lo que pasa por su corazón y atreverme a preguntarle una y otra vez confiada en recibir una respuesta que me deje satisfecha...
¿Eres más feliz ahora que cuando estabamos juntos? Si su respuesta fuera si, y yo le creyera, creo que al menos me quedaría más tranquila...