¿Y qué si no sé lo que estoy haciendo?
Si no lo hago sin saber una primera vez,
jamás podré aprender.
¿Qué si quiero vivir al 100
y dejar de tener miedo?
Si no lo hago ahora,
pasaré mi vida huyendo de lo que es nuevo.
¿Qué hay si me siento contigo por horas,
a no hacer nada y después
descubrimos que las horas
pasaron demasiado rápidas?
Prefiero que se nos acelere el tiempo ahora
a que después seamos incapaces de
detenernos a observar
y maravillarnos con las cosas pequeñas.
No quiero seguir haciendo caso
de la incapacidad de dejarme llevar.
Quiero por hoy, por ahora,
cerrar los ojos y sentir
que ya no hay ningún plato que quebrar...
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